top of page

Nuestra clase política

  • Profesor Rosario Lozada
  • Dec 21, 2017
  • 2 min read

En una columna anterior escribí sobre el significado de una buena gobernanza. Había planteado que la gobernanza significa el discernimiento sobre la toma de decisiones. Es ejercicio de aplicar o descartar decisiones en nuestro diario vivir. La gobernanza no solo aplica a la práctica de un buen gobierno sino en nuestra vida personal. Para ello debemos desarrollar el pensamiento crítico, que los currículos de educación no enfocan.

Noventa días luego del desastroso huracán María, hemos dado por sentado que nuestra clase política ha estado improvisando en el proceso de reconstrucción. Desde el Ejecutivo se ha presenciado que las decisiones han sido tomadas sin mirar las consecuencias a corto, media y largo plazo, para luego culpar a la oposición de los efectos negativos de sus propias acciones. Dentro del Legislativo han sido proactivos en presentar proyectos de ley que no están enfocados en acelerar el proceso de reconstrucción de Puerto Rico tras el paso del huracán el pasado 21 de septiembre de 2017. Han desviados sus esfuerzos en coartar derechos civiles que promueve el proyecto de “Libertad Religiosa” donde la gran mayoría estamos vulnerables a sufrir por el simple hecho de tener visiones distintas de los postulados cristianos en clara violación de la separación de Iglesia y Estado.

A noventa días, aún hay municipios totalmente des energizados y sin agua potable. En las carreteras se percibe la desesperanza de los puertorriqueños en intentar recuperar la normalidad. Mientras observamos a nuestra clase política rechazar las muertes provocadas por el huracán argumentando que en Puerto Rico mueren personas todos los días. Pero sin comentar el impacto económico que los muertos provocarán a los vivos. Día a día escuchamos como los políticos evaden preguntas y culpan a otros de la ineficiencia e ineptitud de su retrógrada mentalidad política.

A noventa días, continuamos levantándonos con el ruido de los generadores eléctricos y el olor a gasolina para ir a nuestros trabajos. Es cierto que no existe un libro mágico con instrucciones sobre cómo sobrellevar el proceso de recuperación post María. Pero, el pueblo ansioso y desesperado por el trastoque en nuestra cotidianidad, esperaba que sus dirigentes trabajaran con la misma eficacia, con la que buscan votos cada cuatro años. La crisis se pudo manejar correctamente, si se utilizaban los canales correctos, y cómo han demostrado las acciones políticas de nuestra clase: la crisis se produjo con un fin político. Cuando se promueve un ideal que el imperio no acepta se desatan las crisis como la que cada puertorriqueño estamos viviendo.

A noventa días del huracán… no existe gobernanza.

 
 
 

Commentaires


©2017 by Historia de un día. Proudly created with Wix.com

bottom of page